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Es un relato muy arraigado en la tradición oral campesina de Colombia, especialmente en los departamentos de Antioquia, Huila y Tolima. El Sombrerón es comúnmente representado como un hombre de rostro diabólico con un sombrero muy grande; viste de negro con una gran capa y siempre acompañado por dos enormes perros cogidos por gruesas y ruidosas cadenas. Aparece de noche, persigue a los borrachos, a los peleadores, a los trasnochadores y los jugadores tramposos y empedernidos.
Se trata de un personaje que vivió en épocas pretéritas en diferentes pueblos. Era un enigmático hombre que vestía de negro y se ponía un gran sombrero del mismo color, montaba un brioso caballo también negro que se confundía con la noche, no hablaba con nadie y a nadie le hacía daño; aparecía y desaparecía como por encanto.
El anciano se le encontraba en las orillas del camino y aunque ya murió, la gente sigue sintiendo su presencia. Físicamente, se le describe como un hombre maduro, con un sombrero grande, bien vestido, de rostro perverso y en actitud de observación permanente. Las personas que lo han visto aseguran que lo acompañan dos enormes perros negros cogidos por gruesas cadenas.
Los trasnochadores que lo han visto o a quienes se les ha presentado, dicen ver la figura que les sale al camino, los hace correr y les va gritando “SI TE ALCANZO TE LO PONGO”, siempre persigue a los borrachos, a los peleadores, a los trasnochadores y los jugadores tramposos y empedernidos. Aprovecha los sitios solitarios.
En noches de luna es fácil confundirlo con las sombras que proyectan las ramas y los arbustos. Llega siempre de noche a todo galope, acompañado de un fuerte viento helado y desaparece rápidamente.


Jose Luis Rodriguez y Angie Daniela Velasquez una pareja motera, provenientes de El Espinal – Tolima, que comparte unánimemente la pasión de ser libres viajando sobre dos ruedas, buscando desconectarse de la cotidianeidad para conectar con la vida, conociendo lugares, culturas, personas, e incluso a nosotros mismos, además de experimentar la vibra emocionante de sentir el viento en nuestras caras, el corazón acelerado por la adrenalina de llegar a ese destino y seguir por más recorridos continuando la aventura. Somos:

